Kenny y el Dragón de Tony DiTerlizzi
El
ilustrador de la serie Spiderwick es el encargado de probar suerte en
esta nueva aventura como guionista e ilustrador. El ratoncito Kenny
descubre a un dragón dormido junto a su casa, y comprueba que es más
grande (mucho más grande) que el que aparece en las ilustraciones de su
libro. Juntos emprenderán una aventura que cambiará sus vidas para
siempre.
Páginas: 152 / Formato: 13 x 21 cm / ISBN: 978-84-666-4349-8
PVP: 15.00 €
PVP: 15.00 €
Kenny y el dragón es la
novela elegida para inaugurar este blog dedicado a los libros para niños… y no
tan niños, y cuyo nacimiento se debe a la misma. Pues tras concluirla, sentí la
necesidad de acercar esta deliciosa lectura a otros amantes de los libros y de
animarles a hacerse con ella.
Kenny y el dragón no es un
libro de rabiosa actualidad. Ya hace 5 añitos de su publicación por Ediciones B. Sin embargo, creo que al
igual que las expertas en moda que salen en la tele y las revistas siempre
insisten en que sea cual sea la moda del momento, es imprescindible tener un fondo de armario con unas prendas
atemporales que te harán estar “divina de la muerte” en cualquier ocasión, del
mismo modo hay ciertos libros atemporales (que no solo disfrutas con una
lectura, sino que cada vez que los vuelves a releer te gustan más. Y al final,
tu nivel de adoración por ese libro la determina el número de veces que lo has leído)
que no deberían de faltar en la estantería de la habitación de todo niño o de
todo lector soñador, de cualquier edad.
Y en mi humilde opinión, como lectora y escritora, sin duda Kenny y el dragón se merece un sitio de
honor en esta estantería (debería ser parte del fondo de estantería XDD).
El libro cuenta con una preciosa y cuidada encuadernación de tapa dura
al estilo de los libros de antaño o de los que manosearía con sus patitas (o más
bien “patosearía”) el propio Kenny en la librería de su viejo amigo George.
La maravillosa portada te atrapa
al igual que lo hace la narración y las ilustraciones interiores a lápiz, obra
del propio autor, (antes de dedicarme a la escritura era ilustradora y
puedo aseguraros que son para quedarse embobada. ¡¡Mataría por saber dibujar
así!! XDD) que nos trasportan por
completo a ese entrañable pueblecito habitado por singulares personajes y a la
cercana colina donde conoceremos a un dragón muy especial.
La narración sencilla pero
primorosamente cuidada hace que más que leer, nuestros ojos vuelen por las páginas
de esta historia que nos habla de la amistad entre un conejito apasionado de
los libros y un gigantesco dragón amante de la tarta austriaca reticulada y la
poesía (entre otras cosas).
Además, nos muestra que no se
debe juzgar por las apariencias y cuan peligrosos pueden ser los prejuicios. Y
que en la vida siempre es mejor pensar antes de actuar, y más en situaciones difíciles.
Para luego, avanzar hacia un resultado favorable.
Pero con esto no finalizo mi reseña pues esta hermosa historia llena de
magia y valores esconde unas cuantas cosas.
Cuando me hice con el libro no sabía nada de él, tan solo me llamó
poderosamente su portada, sin embargo, nada más comenzar la lectura me recordó a
El viento en los sauces, otro libro
imprescindible en un fondo de estantería
y que hace bastantes años que ya ocupa un lugar en la mía.
Sigo pasando las páginas y entonces va el autor y menciona esta misma
obra. Para luego, seguir con referencias a El
gigante egoísta de Oscar Wilde,
el poema épico de Beowulf, El sueño de una noche de verano o El rey Lear, estas dos últimas de Shakespeare.
Después, cuando aparece en escena el dragón y descubro que se llama
Grahame (como las galletas pero con e) caigo en la cuenta de que el conejito se
llama Kenneth (aunque suene muy formal y al final todos le llamen Kenny o Kit)
y que juntando los nombres de los protagonistas tenemos a Kenneth Grahame, justamente el autor de El viento en los sauces (tengo mala cabeza para los nombres y por
eso tarde en caer XD).
Así pues, el libro resultaba ser un claro homenaje a este autor clásico de
la literatura infantil británica.
Encantada con este hecho, proseguí la lectura pero cuando me acercaba al
final (me leí el libro casi de una sentada) lo que estaba pasando me sonaba. Me
recordaba a otro libro pero no sabía a cual y no fue hasta la penúltima página
que el autor me descubrió, con la mención del título, a que me sonaba.
Era El dragón perezoso un
cuento, también de Kenneth Grahame
que igualmente está en mi estantería hace bastante y que recuerdo que compré en
una feria del libro porque me enamoré al instante de sus ilustraciones
(publicado por la editorial Parramon).
Así que tras terminar Kenny y el
dragón releí El dragón perezoso.
Volví a disfrutar de la lectura y las ilustraciones y esta vez descubrí los múltiples
detalles que ambas historias comparten y como la novela de Tony DiTerlizzi bebe y homenajea el cuento (y la obra en general)
de Kenneth Grahame, al tiempo que
cada historia es diferente, única y preciosa. Dos joyas salidas del mismo
yacimiento.
Pero no acaba aquí la cosa, porque Kenneth
Grahame, a su vez se inspiró en la leyenda de San Jorge y el dragón (pues parece ser que residía cerca de las
colinas Downs donde cuenta la leyenda que se produjo el enfrentamiento). Y
todas las leyendas tienen algo de verdad y suelen ser fábulas o parábolas que
ocultan hechos muy antiguos (particularmente siempre he creído que este mito
nos habla de cómo la religión cristiana acabó con el paganismo, la cultura
celta, propia de las Islas. Antiguamente, los dragones no se representaban con
alas sino más bien como enormes serpientes y en las religiones paganas la serpiente
simbolizaba la sabiduría).
Pues bien, si nos paramos a
pensar un poco descubrimos que hay una historia dentro de una historia, dentro
de otra historia.
Es decir, hace cientos y cientos de años unos hechos históricos inspiraron
la leyenda de San Jorge y el dragón.
Mucho tiempo después, esta leyenda inspiró a Kenneth Grahame y dio lugar al cuento de El dragón perezoso. Y aun más tiempo después, este cuento inspiró a
Tony DiTerlizzi para crear Kenny y el dragón.
Este es un buen ejemplo de
cómo los hechos pasados y las historias pueden inspirar a otras personas a
crear obras maravillosas que además de hacer disfrutar a muchos con su lectura,
inspiraran a otros a crear nuevas historias. Como si todos formáramos parte de
una historia interminable y todos bebiéramos los unos de los otros, aprendiendo
y creando nuevas cosas a partir de cosas antiguas y cuyo resultado, algún día darán
lugar al nacimiento de otras cosas en un circulo eterno, como la serpiente que
se muerde la cola.
Y tras esta disertación (o parrafada si no os ha gustado XDD) el resumen
es:
Que es un libro precioso que se
disfruta desde la primera página a la última. Y se lee tan deprisa que cuando
terminas te da pena que el viaje haya concluido.
Fondo de estantería 100%
Valoración: 5
Escala valoración: del 1 al 5
9 comentarios:
¡Qué libro tan bonito! Muy buena reseña :) Quería seguir tu blog, pero no he visto que tengas la opción de seguidores, si la pones, avísame ;)
Besos
Merece la pena Triniti, es una belleza de libro, tanto por su contenido como por sus ilustraciones!!
Y lo de los seguidores, queria ponerlo pero no logro encontrar donde. Voy a volver a mirar
Un beso
Trinity ya he conseguido poner lo de los seguidores!!
Vale, ya te sigo, me encanta tu blog :)
Besos
Gracias, guapa!!
Mi intención es subir una nueva reseña al menos una vez a la semana!!
Besos
Hola!! que bonito libro y las ilustraciones me encantan. Me gustan mucho los dragones.. tengo una debilidad especial por ellos jeje
Nos quedamos por tu blog y te invitamos a que te pases por el nuestro.
Un beso
Gracias Words of books!! Pues si te gustan los dragones estate atento que el lunes hay nueva reseña y tambien va de dragones XDD Y por supuesto que me pasare por vuestro blog!
¡Hola!
Me encantó tu reseña. Me ha gustado la portada del libro al igual que las ilustraciones. Amo mucho este tipo de libros y más si es sobre dragones xD
Me quedo por tu blog :)
Saludos.
Muchas graciaaaaaaas Hime!! La siguiente reseña también ira de dragones!
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